Permanecemos mirando,...
con placer,
esa luz perdida en el horizonte,
hasta que llega,...
suave, el amanecer.
El frío nos invade,...
y el aire barre, de golpe
todo lo que el miedo,
nos regaló por la noche.
Como una bruma, calida,
que entra desde el mar,...
la música nos envuelve,
y se confunde,...
con los sonidos
húmedos del entorno palpitante.
Suena un coro gigantesco,...
de mas de mil voces, sin letra,
que nos deja su relajo
y toda la fuerza necesaria,
para, sin temblores,...
encontrar la serenidad
y la calma del que se sabe,...
en paz consigo mismo
y con la oscuridad del alma.
Disfrutaremos la vida,
segundo a segundo,
hasta el final.
Para Maria...
foto by Aago.
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