Despierta tu boca calida, me miente sin miedo, por fin, a decir la verdad. Ahora eres tu la que me canta.
Resuena eterna la letra cosida a su música por siempre infinita en tu deseo presa.
Te escucho respirar mientras en sueños retumba el sonido dormido de tu canción sordomuda y me encanta:
Ya no esta sola la alegría dentro de su caparazón, cuando sale la luna saludando a el otoño detrás de su color favorito (el azul hielo desesperación), de noche se escapa cada día con mi corazón, y van dejando una agonía de ciego, aunque dulce sabor.
Rastros rotos de una energía incondicional y gratuita. Rotunda imagen gastada del amor en blanco y rojo.
Pero nunca termina nada, pues no se acaba nunca lo que nunca empieza, aunque empiece cada mañana.
Desplazo la letra hacia la prisa me asumo antes de correr sintiéndome por fin parado, reflejo tuyo en cien espejos mudos. Aguanto tu risa un minuto, la guárdo dentro del amargo sabor plano de tu mirada hasta que suena a quebranto.
Sumergo tu miedo despacio dentro del azul claro de otoño, lo tiendo con la ropa del armario en el liquido sordo de tu alma.
Esa foto lejana de dos cuerpos pegados al espacio sincero de un amanecer robado a un cincuenta por ciento,
me recuerda diario roto desnudo por una cuerda de acero fina, sucio, verde y callado altavoz que esconde mas amor que nunca.
Escucho dormido tu ancla caer, amarrando en el aire profundo con fuerza nuestras ilusiones pintadas sobre la vida cansada.
La letra se ha quedado quieta y yo avanzo sin moverme por el agua limpia y transparente, tu sueño blanco se despierta.
Llueven vértices y se amplían escalas. Andan tejiendo telarañas, buscando amaneceres y perdiendo embalajes en cada mudanza. Casi del mismo modo, como (yo), busco acomodo en tus relatos nocturnos.
Baila la sal blanca en la bruma, se esconden los ruidos al verme. Acompaña a tus ansias vacías, desnudas de carne saciada, la sed de tu cuerpo (rojo) caliente.
Eres aire frío de madrugada en verano, cuando me acaricias la espalda, despacio, en la distancia, con tu cabeza apoyada en la almohada.
Suspiro por tenerte enredada el verde brillando, ocultando las ganas templadas, de sabor oscuro salado, detrás de tu mirada.
Se me queda entre los dedos, los labios, un suspiro. Reconoce su destino, aparece calmado. Solo el aire me dice a veces, cuando no escucho nada ni a nadie, de donde proviene.
Leer tu cuerpo por la mañana aun “no” despierto, la locura del roce me conduce curva y monte, valle y quebrada, aroma evaporándose que pillo al vuelo erguido.
Supura colmado vibrando en sordo elemento el liquido feliz, borracho de sentimiento. Todo huele despacio y de nuevo tus labios me administran cordura.
Dos o tres tonterías de estas, me devuelven a mi estado natural cada día.
foto by ..............................................................AAGO
Es un deseo supongo, y creo que de ambos, me ha gustado la canción y me ha contagiado fuerza y una alegria espectante, esperanzada, son uruguayos, espero que te gusten, no les conocia pero gracias a el "sexto hombre digital" ahora si.
Va a escampar
Hoy asume lo que venga, sea para bien, o todo mal. Y aunque pierda lo que tenga, se va a morder para aguantar. Hoy que claro ve las cosas, que ayer no vio, ni va a exigir. Sobre su pena se posa, quiere entender para seguir. Llega la batalla y contra él estalla, algún día va a escampar. Y como sale de esta, quiere la respuesta, sabe que no es escapar. Hoy que raro que lo miran, se pone en pie y quiere hablar. Y a su boca se le olvida, lo que una vez quiso explicar. Su paciencia va a montar, todo un circo para verlo desfilar. Al dolor que supo ser, y al que ahora ya no quiere ver volver. Se refugia en un farol y entre dos flores que siempre apuntan al sol. Así cruza su pared, me sonríe y rompe con su propia red. Hoy se siente satisfecho, aunque aquel rol, no exista más. Para vida con su pecho y su canción vuelve a sonar. Hoy recibe los aplausos, supo ser sal, y también miel. Y conecta con sus pasos, que resbalar no cae bien. Termino su guerra, los pies en la tierra y su mano a un corazón. Su pensar tranquilo, su pena un olvido y su alma una pasión. Hoy asume lo que venga, sea para bien, o todo mal. Y aunque pierda lo que tenga, se va a morder para aguantar. Su paciencia va a montar, todo un circo para verlo desfilar. Al dolor que supo ser, y al que ahora ya no quiere ver volver. Se refugia en un farol y entre dos flores que siempre apuntan al sol. Así cruza su pared me sonríe y rompe con su propia red.
Cariño esta canción de Antonio Vega no te la dedico porque se haya muerto hace poco, ni porque la cante con Enrique Urquíjo, ni porque así puedes ver que, aunque no sea una canción conocida, algo de poeta si tenia, te la dedico porque me gusta mucho y porque hay que recoger la habitación.
Desordenada habitación
Despierta ya, mira que luz, nada envidia el norte al sur. Recuérdame que lo de ayer, no se olvida sin querer. Éramos uno y uno y luego dos, mas cerca cada vez de un sueño sin adiós. Desordenada habitación. Son tu calor, hacerte el amor, mis miedos y pasión. Tanto soñar, con esa flor mezcla de sol y temporal. El doble filo de un amor real, actores sin guión, un mundo teatral, función sin hora de empezar. Deja el frío y entra en calor, y lo oscuro deje paso al color. No me canso nunca de hablar, porque vivo en el silencio mas total. Diez años antes era igual, éramos uno y uno y luego dos, mas cerca cada vez de un sueño sin adiós. Desordenada habitación. Hay algo mas, recuérdame que hay que ordenar la habitación.